Dejamos de ver la cuenta corriente, y las tarjetas echan humo. Más tarde encontraremos la "cuesta de enero".
Y si, llega la navidad y sus anuncios de juguetes. Hay de todo tipo, muñecas, vehículos radio-control, videojuegos, material deportivo e incluso para los menos creativos, simplemente dinero para que el customizado regalo se lo haga el propio recibidor de tal regalo.
Y ante toda esta necesidad de comprar para poder jugar, recuerdo la imagen contraria. Un tipo llamado Abebe Bikila, al que no le hicieron falta ni zapatillas para ganar una maratón olímpica, convirtiéndose así en el primer africano en ganarla (y también el primero en ganar 2 maratones olímpicas consecutivas).
http://www.youtube.com/watch?v=9pp1bcSC__k
Es la reflexión de siempre. Que no nos hace falta un balón de marca para jugar a baloncesto, fútbol, etc.
No es solo por controlar la sociedad de consumo, sino por no consumir a la sociedad.
Dicen los futboleros argentinos que los grandes jugadores "se crían en las canchas de barrio", donde no creo que tengan ni luz artificial para practicar deporte.
Lo que vengo a decir es que se acerca la navidad, y nos hemos olvidado de aquello de que era mejor enseñar a pescar que dar un pescado.
No estoy diciendo que haya que abandonar el material específico y de "calidad", pero no siempre hace falta. O acaso nos hacen falta zapatillas de 3 dígitos de precio para correr más o calzoncillos de los que llevan música incorporada para llevar ritmo.
El otro día en la clase práctica de bádminton que diseñamos para la asignatura de Deportes Individuales, diseñamos un circuito con una serie de postas en las que se trabajaba el deporte con distintos tipos de material; variando el móvil (de volante típico a globo, indiaca, etc.) y el implemento (de la raqueta de bádminton a pala de playa, las manos, o raquetas de esas malas de pádel), pero ante todo, lo más puramente productivo que se hizo en esa clase, fue una posta en la que se creaba un volante para bádminton a partir de material reciclado, además de su puesta en funcionamiento.
Lo dicho, a disfrutar de la navidad de forma sana y con sentido común, el menos común de los sentidos.